miércoles, 21 de agosto de 2013

Dice una canción de Silvío Rodríguez que "Tener no es signo de malvado y no tener tampoco es signo de que acompañe la virtud; pero el que nace bien parado en procurarse lo que anhela no tiene que invertir salud"

Lima es uno de esos lugares en dónde se invierte "mucha salud". En los pueblos jóvenes, como "José Gálvez", todavía más. Muchas de las personas que viven por acá invierten una media de tres a cuatro horas diarias en llegar hasta su trabajo o universidad y después regresar a casa. Si a eso le añadimos que los transportes son vehículos en los que se viaja hacinado, incómodo, sucio,  ... de hecho hoy venía un artículo en el periódico "La República" advirtiendo del peligro de contagio en los transportes públicos de la tuberculosis. Hay unos vehículos llamados "combis", lo más usual por acá, que incluso a cuando vas a bajar hay a veces que el conductor dice "pie derecho", eso significa que tienes que bajar del vehículo sin parar, y que bajes con el pie derecho porque de lo contrario la caída está casi garantizada.

Lima es uno de esos lugares en dónde se invierte "mucha salud". En los pueblos jóvenes, como "José Gálvez", todavía más. Hoy no ha llovido -no había dejado de hacerlo en casi todo el mes-. Ojalá el cambio climático se detenga, por acá no recordaban un invierno tan duro; si algún día cayera una lluvia como suele llover en España, sería una auténtica catástrofe; las casa de los cerros se desplomarían como un castillo de naipes; el barro lo cubriría todo. Los suelos, muchos de ellos de tierra, desprenden humedad; la lluvia parece que rebota contra suelo como queriendo otra vez subir al cielo; quizás esto explique ese techo gris que cubre continuamente Lima. La humedad por acá te rompe los huesos.



Lima es uno de esos lugares en dónde se invierte "mucha salud". En los pueblos jóvenes, como "José Gálvez", todavía más. Vivir en una inestabilidad constante no te deja muchas veces pensar en el futuro; eso es un lujo que muchos por acá no pueden permitirse; "Yo vivo al día" escuchamos muchas veces en España ... pero ¿Qué es vivir al día? Quizás se parezca a hoy he comido ... Quizás se parezca a hoy mi hijo o mi hija ha llegado a casa bien ... Quizás se parezca a hoy he trabajado ... Pero mañana ¿comeré? ¿llegarán bien mis hijos a casa? ¿trabajaré?



Afortunadamente esta realidad no es la de todas las personas por acá -sería casi imposible de llevar-; hay muchas personas por acá que poco a poco, van mejorando ese día a día; pueden salir a cenar a algunos de los muchos chifas -mezcla de comida china y peruana-, pollerías, ... o muchos de los lugares que hay en las aceras y que llaman cariñosamente "los agachaditos", en donde comes algo rápido, de pie.

Afortunadamente hay cada vez más gente que va a la universidad, que se forma, que puede optar a mejores y más cualificados y remunerados trabajos -Perú es de los países de América latina que más está creciendo.

Afortunadamente cada vez es más la gente que vive de manera digna, con sus necesidades básicas cubiertas y que hasta de vez en cuando se puede permitir algún pequeño capricho.

Pero si dentro del mundo decimos que hay muchos mundos, dentro de Perú también hay muchos "Perús". En Lima puedes ver muchos de ellos. Sin embargo, cuando sales a provincias -a las distintas regiones del país fuera de Lima, te das cuenta de que hay todavía más Perús ... ¿Qué cual es el verdadero? No tengo ni idea, supongo que todos tienen algo de auténtico y algo de falsedad, pero es verdad que hay lugares por acá de ensueño, paisajes preciosos, culturas milenarias, ... selva, sierra y costa, cada una con su propia vida ... y junto a ellas Lima, la ciudad que dejó escapar muchas de esas cosas para cambiarlas por prisas, hacinamientos, soledades, ... quizás también oportunidades.



Ayer regresamos a Lima después de pasar unos días en la provincia de Arequipa, al sur de Perú. Hemos ido a visitar a las Hermanas Carmelitas que están en un pequeño pueblo llamado Corire -cercano ya a la zona de la sierra-. La gente allá vive de las chacras -la huerta-, ahora estaban en plena campaña de la papa -patata-; el trabajo en el campo es duro, sacrificado, a cambio, vives en un lugar tranquilo, en el que las puertas de las casas está abiertas, en el que la gente que te cruzas te saluda con un "buenos días"; a cambio el techo que te cubre es azul por el día y plagado de estrellas por la noche; los niños juegan solos en la plaza ... ¿Por qué la gente dejará estos lugares y se irá a vivir a Lima? Esta pregunta nos la hemos estado haciendo esto días -casi un tercio de la población del país se concentra en la capital-; suponemos que será por buscar nuevas oportunidades, un médico cerca, una universidad para mi hijo, ... ¿No se podría llevar esto a la gente y no tener que llevar a la gente a esto?






Por acá anocheció hace ya unas horas, por allá está a punto de amanecer ... pero la luna es exactamente igual. Con las personas pasa algo parecido, lo que nos rodea puede ser muy diferente -lo vemos por acá a diario- sin embargo, lo que queremos, lo que deseamos, lo que anhelamos, aquí y allá, seguramente, sea bastante parecido ...


2 comentarios:

  1. A punto ya de regresar, quiero deciros como me ha conmovido la reflexión que hacéis tras la visita a Corire. Realmente podemos sentirles cercanos, amigos, hermanos y ser conscientes de lo mucho que queda aún por trabajar no sólo con proyectos allí sino aquí, en el Norte-rico, creando conciencias solidarias que transformen nuestra realidad de consumo desmedido y de vuelta a los valores que nos hacen más hermanos. Buen regreso y abrazos a nuestros amigos de Karit en Perú.
    Esther

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  2. Hola a los tres. Ya estoy en casa y puedo escribir con más tranquilidad.
    Gracias por la reflexión. ¿Por qué cambiar estrellas y cielo por tinieblas? No lo sé, me lo pregunto cada día en mi vida ya que no sólo pasa en Corire, pasa en mi casa, en mi calle, en mi vida cada día. Las tinieblas parece, sólo parece, que esconden algo que nos han mostrado en las mil pantallas que nos tienen 'atontados', pantallas de mundos virtuales que son solo anuncio y nada realidad. Las estrellas y la luna están escondidas detrás de luces de neón que atraen, confunden y en ocasiones ciegan. Debemos desenmascarar las tinieblas de nuestro mundo. Reinventar la calle para jugar, el trabajo para vivir con dignidad por una remuneración digna del mismo, los precios justos de un mercado lleno de piratas con corbata que sentados detrás de una mesa solo ven papeles verdes y no corazones latiendo llenos de un rojo vida que atrae y enamora. Tenemos que colorear la tiniebla de este 'primer mundo' o 'norte' o 'privilegiado mundo' o 'esclavizante sociedad'... No más tiniebla ni aquí ni allí. La tiniebla de una sociedad llena de engaños que atrae con falsedades, con promesas de un dios egoísta que esclaviza, una dios de promesas falsas y vacías.
    La gran propuesta es vivir, vivir y no sobrevivir. Vivir con lo poco, vivir con la justo, vivir en los importante, vivir en el cara a cara, vivir compartiendo, vivir en y con el otro, vivir abrazando y dando... Basta ya de sobrevivir... La dignidad del hombre es vivir en profundidad lo que es (para mi que soy creyente, hijo de Dios y hermano mío)... para ello debemos dar y devolver, a los que sólo pueden sobrevivir, aquello que les ayude a vivir con dignidad. ¿Perderemos privilegios? No pasa nada quizá sean parte de la tiniebla que nos envuelve y no nos deja ver las estrellas y la luna...
    Buen regreso amigos.

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